
Esta es la foto de el conductor que atropelló a Enaitz hace tres años cuando Enaitz iba en bici a su casa.
Mirad la sonrisa que aparece en su cara cuando dice que “gracias a Dios a él no le pasó nada”.
Solo se nos ocurre que sin caer en el insulto (aunque cuesta) ni en pensar en quemarle el coche, desde los colectivos en defensa de la bici hagamos llegar a todos los amigos de la bici la foto de este personaje, pues no sabemos si será persona.
La Ira contra el conductor que reclama dinero a los padres del ciclista atropellado se ha disparado en la red.
Diario Córdoba, hoy domingo.
Si internet tuviera la potestad de dictar sentencia, Tomás Delgado Bartolomé, el conductor que reclama 20.000 euros a los padres del joven ciclista al que arrolló y mató, estaría ya condenado.
Y no por el accidente en sí, sino por “la mezquindad”, “ruindad” y “falta de humanidad” que denota exigir dinero por los desperfectos causados por el impacto del cuerpo en su coche (un Audi A8) a una familia que, esa sí, está destrozada de verdad por la pérdida de su hijo, de 17 años.
Adjetivos como los citados, y otros irreproducibles, inundan internet desde que la noticia se conoció por un reportaje de Canal Sur, y como muestra de que los conductores sin escrúpulos despiertan cada vez más rechazo.
Basta teclear Enaitz Iriondo, el nombre y apellido del fallecido, para que salgan miles de referencias, muchas de las cuales son foros que bullen de indignación y muestras de solidaridad con la familia.
El más activo es el de la página meneame.net que, pese a lo que pudiera sugerir su nombre, aborda seriamente cuestiones de actualidad.
INDIGNACION Y DESPRECIO.
Los comentarios van desde la pura incompresión hasta el desprecio más profundo. Uno los foreros, de alias Etsaibat, explica, perplejo, como un tío suyo “atropelló a un señor que sufría demencia senil y se había escapado de casa”.
Cruzó sin más por la autopista donde circulaba, “no le vio y se lo llevó por delante”.
El resultado fue que su familiar, 10 años después, “aún no se ha atrevido a coger el coche, del mal cuerpo que se le quedó, así que”, subraya, “no entiendo la frivolidad de este señor, por llamarlo de algún modo”.
Casi todos los opinantes dan crédito, por su verosimilitud, a los informes periciales encargados por la familia que, contra lo apuntado por el atestado de la Guardia Civil, sostienen que el conductor circulaba bebido y a 173 kilómetros por hora en una calzada limitada a 90.
La desfachatez de Tomás Delgado es quizás lo que más ha soliviantado al colectivo internauta.
En los vídeos de Canal Sur colgados en Youtube, acababa su perorata con esta reveladora consideración: “Yo soy el único…, vamos, somos dos los perjudicados, al chaval le pasó lo que le pasó, pero yo soy el segundo o quizá el primer perjudicado”. “Atropellar a alguien puede pasarle a cualquiera y es muy lamentable, pero, ¿tu vendrías con esa jeta a reclamarle a la familia por los daños de tu carro?
Yo no podría vivir con la muerte de una persona a mis espaldas. ¿De donde saco el valor para reclamarle algo a la familia. Eso es no tener corazón ni alma”, le responde un internauta.
Otros se han lanzado a la caza de sus datos personales y proponen boicotear sus productos (es empresario). Por no hablar de quienes quieren pasar a las manos, para enojo de los administradores de las webs.
Si Tomás Delgado, que no descuelga el teléfono desde el pasado viernes, se asoma a la red quizá acabe retirando la demanda. Sería lo más inteligente.