Bicicleta Plegable
Foto de fvaldes
Pide que se revise la ley en el transporte público.
Como la mayoría de los ciudadanos -cuyo empleo no se ha visto afectado por la crisis- Remedios Garrido sale de su casa cada día para cumplir con su jornada laboral. Vive en La Zubia, pero su trabajo está en el centro de Granada. Concretamente, regenta un kiosco de prensa justo enfrente de la fuente de Las Batallas.
Hasta ahora, de sus ingresos había que descontar ochenta euros al mes para pagar el alquiler de la cochera, y doce euros semanales para gasolina. Una cantidad de dinero más que suficiente para plantearse otro modo de llegar hasta su lugar de trabajo. En su empeño por ahorrar -en unos tiempos que se presumen difíciles para esta práctica- y en su lucha por la mejora del medio ambiente, Reme tomó la decisión de adquirir una bicicleta plegable para poder llegar hasta Granada cada mañana y regresar después a su casa en el transporte metropolitano, llevando consigo su bici plegada.
Un plan que todavía no ha tenido la oportunidad de ejecutar: «Cuando fui a subirme en el autobús para volver a La Zubia, el conductor me dijo que no podía hacerlo con la bicicleta. Yo le dije que estaba plegada y que ocupaba el mismo espacio que el carro de un bebé, pero el conductor, en plan chulesco, respondió que él decidía aquello que se podía llevar y lo que no», relata Reme.
Y efectivamente. Tras interponer la correspondiente reclamación en el Consorcio de Transportes Metropolitano contra la empresa de autocares Framar, Reme recibió una escueta contestación a la que ha tenido acceso IDEAL y que describe, exactamente, el artículo 76.2 del Reglamento de Transporte Terrestre. En él se dice que «deberán ser admitidos a la utilización del servicio toda aquella persona que lo desee», siempre que se cumplan una serie de condiciones. Entre ellas, «que no se soporten objetos que por su volumen, composición en otras causas supongan peligro o incomodidad para los otros viajeros o el vehículo. La consideración de qué objetos supongan peligro ó incomodidad para otros viajeros queda a la interpretación de la empresa, sin que exista homogeneidad interpretativa».
Revisión de la ley.
Una norma que a Reme le resulta «antigua y subjetiva, con una necesidad imperante de adaptarse a los nuevos tiempos», pues añade que «se trata de una bici plegable destinada a realizar trayectos de un modo «bipolar» en el que se alternan ambos medios de transporte». Según explica, «después de exponer el tema en el Ayuntamiento de La Zubia, la alcaldesa acogió con agrado esta idea, cuyo objetivo es que el usuario pueda realizar parte del recorrido en autobús, ante la imposibilidad de continuar pedaleando porque esté cansado, sea de noche o las condiciones meteorológicas se lo impidan».
Sin embargo, la intermediación que la edil realizó entre Reme y la empresa, obtuvo los mismos frutos: «Framar le contestó que no había posibilidad de transportar la bici en el autobús, ni pagando otro billete por ella ni en horarios especiales en los que el vehículo no esté masificado, como sí puede hacerse en otras ciudades», relata Reme. Según dice, «el transporte público tiene que evolucionar como ha hecho en otros lugares y no poner obstáculos a una práctica que cientos de campañas nos venden todos los días con la idea de dejar el coche en casa», concluye.
Apoyado en Sevilla.
El máximo objetivo de esta usuaria es abrir el camino para que cada vez existan más adeptos a esta forma de desplazarse: «Yo vengo a trabajar muy temprano y termino muy tarde, esta forma de moverme es un modo de ahorrar, de mejorar la salud física y de no contaminar. En otras ciudades como Sevilla ya existen ciertas horas del día para poder llevar la bici plegada en el autobús», recalca.
Reme pide a los propios Ayuntamientos de los servicios concesionarios del transporte público «que estudien la posibilidad de poder acceder al autobús con la bicicleta plegable y la soliciten como norma a las empresas». Asimismo, espera que «con la llegada del metro a la ciudad, se contemple esta medida que ya existe en otros países y en ciudades como Madrid».